Pérdida del olfato poscovid y tratamiento innovador en el Ecuador
Dra. Paola Freire
Otorrinolaringóloga
El olfato es uno de los sentidos más importantes, ya que nos permite no solo relacionarnos con el ambiente y las personas, sino que también nos permite indentificar aromas que nos puedan causar problemas a la salud, como fugas de gas o elementos tóxicos.
Es por ello que hoy deseo compartir contigo sobre uno de los problemas que trajo la pandemia –muy molesto y frustrante por cierto– que es la pérdida del olfato poscovid. Existen varios problemas que pueden causar la pérdida del olfato, entre ellos la hiposmia, que es la pérdida parcial del olfato y de ciertos aromas; la anosmia, que es la pérdida completa de la percepción de los aromas; la fantosmia, una percepción inadecuada de los aromas; y la parosmia, que es la confusión de los aromas, por ejemplo olemos un cítrico y creemos que es café.
Estudios recientes demostraron que el 98 % de quienes padecieron covid presentaron un trastorno olfatorio, de los cuales el 33 % presentó una pérdida completa del olfato y el 58 % una pérdida grave. En este contexto quiero hablarte de la pérdida del olfato pos covid, que se da por dos mecanismos, el primero, la inflamación de la línea respiratoria, posterior a la misma hay una obstrucción del paso de los distintos elementos de percepción del aroma; y el segundo, es una lesión que puede darse por una alteración del nervio olfatorio.
La importancia del olfato
El olfato desempeña un papel importante en la vida diaria. Influye en la selección de alimentos e ingesta de nutrientes, la identificación y disfrute de los alimentos, las relaciones interpersonales, la calidad de vida en general y la detección de sustancias potencialmente tóxicas y nocivas, siendo por ello importante para la seguridad por intoxicación alimentaria o por agentes tóxicos.
Si bien la detección del olor aumenta y alcanza su punto máximo durante los treinta y cuarenta años de la vida, el reconocimiento/memoria e identificación de los diferentes olores disminuye después de los sesenta años.
Sin embargo, dejar de fumar ayuda a mejorar la función olfativa. Un estudio que incluyó a 3900 pacientes con pérdida olfativa, de ellos 521 fumadores activos y 316 exfumadores, concluyó que los pacientes con tabaquismo activo tenían una función olfatoria significativamente menor.
Muchas enfermedades pueden estar asociadas con la disfunción o alteración olfativa (DO), entre estas:
- La anosmia (pérdida del olfato) congénita es muy infrecuente y puede presentarse de forma aislada o como síndrome.
- La hiposmia/anosmia posinfecciosa (resfriado común, gripe).
- Las enfermedades inflamatorias nasosinusales, como la rinitis alérgica o la rinosinusitis crónica/poliposis nasal.
- Las enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y el Parkinson, con un procesamiento deficiente de un estímulo por los receptores olfativos.
- La disfunción olfatoria por traumatismo craneoencefálico, trastornos neurosensoriales que se suelen pasar por alto tras accidentes graves.
Evaluación del sentido del olfato
Existen numerosas técnicas y herramientas disponibles para explorar la capacidad olfativa, cada una de ellas con ventajas y desventajas. La evaluación olfatométrica depende de factores como la colaboración del paciente, la cultura (habituación a ciertos olores), el explorador y el tipo de estudio. Existe también otros factores, como: edad, sexo (variaciones hormonales); consumo de alcohol, tabaco, cocaína, heroína; trabajo; antecedentes clínicos; tiempo de exposición y aspectos sociales (asociación de distintos olores o determinadas situaciones).
La olfatometría es una prueba en la que el paciente es capaz de identificar un olor y una prueba con concentraciones de olores por encima de la detección del paciente, que permiten evaluar la detección, el reconocimiento/memoria y la identificación de un determinado olor. Es una prueba diseñada para valorar el estado olfativo en situación normal o enfermiza. La olfatometría es la prueba más utilizada en todo el mundo; en ella los olores son liberados rascando el aroma microencapsulado en una etiqueta montada en un papel. Mediante este test se clasifica la disfunción olfativa (DO) entre pérdida olfativa leve, moderada y grave.
Estas pruebas ayudan a estudiar la identificación de olores y la separación de los mismos por el paciente. Son pruebas indicadas en el diagnóstico de la DO y de su gravedad, pero también para hacer un seguimiento de cómo crece o se revierte la pérdida del olfato. La metodología debe ser validada y realizada por un profesional médico (otorrinolaringólogo) bien entrenado y capacitado.
Tratamiento y Test de Connecticut
Tres de cada cuatro pacientes COVID-19 presentan una mejoría de la DO al mes del diagnóstico. El entrenamiento olfativo implica la repetición y el exposición repetida a un conjunto de olores durante 20 segundos cada uno (dos veces al día) durante al menos 3 meses. El entrenamiento olfativo mejora la disfunsión olfativa, y el uso de olores a concentraciones altas es beneficioso para la mejoría del olfato.
Otros tratamientos que se están probando y analizando son el uso de citrato de sodio intranasal, la vitamina A intranasal, el Omega-3, pero solo el tiempo dará la razón si han sido efectivos.
Nosotros en el Centro de Ortorrinolanringología utilizamos el Test de Connecticut, altamente validado para medir el trastorno de la pérdida del olfato, y que consiste en la exposición continua a ciertos elementos que van a determinar cuanto hemos perdido del olfato y cuanto podemos percibir de las distintas armomas.
Existen varios tratamientos para el trastorno del olfato, destacando la llamada terapia olfatoria, que utiliza aromas como el chocolate, talco, entre otros, estimulando así el sistema del olfato, hasta la identificación de los olores. El tratamiento puede durar varios meses
Conclusiones y recomendaciones
Tenemos buenas noticias si tú sufres de una pérdida olfativa poscovid, y es que hay solución; por ello, te invito a contactarte con nosotros y visitarnos para una evaluación técnica y así luego poder realizar un tratamiento adecuado y probado que permita que recuperes progresivamente la capacidad olfativa.
Dra. Paola Freire
Otorrinolaringóloga
Atención presencial y videoconferencia:
0998089307 o 023824440 op. 5
Dra. Paola Freire
Otorrinolaringóloga
Atención presencial y videoconferencia:
0998089307 o 023824440 op. 5